Redes almejeras (de arrastre)

Las redes del bote almejero fueron tejidas y teñidas como en sus orígenes fueron realizadas por los pescadores o las mujeres, que por lo general se dedicaban a estos menesteres, además de remendarlas cuando se rompían por enganche o rozamiento contra las piedras.

Me permito agregar  junto a las fotos de las redes por mi realizadas un documento, extraído de la página www.ayco-data.net/marinahispanica/historia_es.htm como ilustración del trabajo realizado.

Img138lr.jpg (15136 bytes) Img139lr.jpg (11470 bytes) Img140lr.jpg (15000 bytes) Img141lr.jpg (9993 bytes)
Img142lr.jpg (13638 bytes) Img143lr.jpg (12929 bytes) Img144lr.jpg (10715 bytes) Img145lr.jpg (10402 bytes)
Img146lr.jpg (8665 bytes) Img147lr.jpg (8547 bytes) Img148-blr.jpg (9377 bytes) Img148-alr.jpg (13753 bytes)
Img148-clr.jpg (10540 bytes) Img148lr.jpg (13063 bytes)

clip_image001.gif (3193 bytes)

Galicia es una potencia a nivel mundial en el sector de la pesca, y tenemos una experiencia milenaria en la confección de redes. Hemos extraído el siguiente texto de la Gran Enciclopedia Gallega:

Desde Ribadeo hasta A Guarda, en las pequeñas caletas y puertos, aparece la redeira o atadeira, es decir, la mujer marinera, moza o anciana, que elabora las redes, entrelazando hilos y moviendo la estilizada aguja de madera; a esta labor se dedican también los marineros viejos.

Hace algunos años, las redes, que primero eran de algodón y luego de cáñamo, se lavaban en las fuentes y lavaderos públicos y se estiraban a secar en el muelle, faena que ahora evita el nylon. Esas redes se teñían de rojo o marrón, para lo cual se echaban una pía de piedra -las pias eran comunales- una mezcla de cáscaras de salgueiro y pino rojo, que se machacaba con un mazo de madera y se cocía en calderas o en el pote durante 10 horas; después de pasaba la tinta hirviendo a la gamela da casca, en la que se sumergía la red. Esta operación se podía hacer en el pote o bien en la caldera y el pilón de piedra si la red era grande

wpe1.jpg (12914 bytes)

Según creencia popular, cuando se hacían o remendaban redes estaba prohibido nombrar la culebra, el sapo y el moucho porque traían mala suerte; por el contrario. echar vino a la red se consideraba síntoma de buena suerte. Una vez preparada la red, se le echaba agua bendita para que los lances fueran buenos, o se golpeaba con una rama de acibeiro, al tiempo que se repetía el siguiente ensalmo:

Acebiño, meu meniño,
aquí te veño a buscar,
dálle sorte ao meu home
no halar e no largar.

En la actualidad, las redeiras siguen remendando las redes que se rompen en las rocas del fondo o tejen otras nuevas, con su viejo arte. Ni en el nylon ha perdido la red el encanto de su artesanía.

Retornar